La
palabra Melasma proviene del griego "mancha oscura" y ha entrado
en el vocabulario, popular y no sólo en el de médicos y farmacéuticos,
con toda normalidad. Un melasma es una pigmentación adquirida de color
pardo, más o menos oscura, que se produce en las zonas expuestas al sol,
más frecuentemente en la cara, y como consecuencia de la radiación solar.
Puede estar asociada al embarazo, a la administración de anticonceptivos
hormonales o, posiblemente a otras medicaciones, como el caso de la difenilhidantoína,
o incluso ser de origen idiopático. Cuando se asocia al embarazo ha recibido
tradicionalmente el nombre de cloasma dravídico, aunque en los últimos
años los puristas de la terminología médica prefieren utilizar el nombre
de melasma.
El
melasma es más frecuente y se ve más en pieles oscuras que en las claras
y su incidencia es mayor en mujeres que en hombres, de modo que el melasma
en hombre representa sólo un 10% de los casos. En cuanto a la distribución
geográfica es mucho más frecuente en países de fuerte insolación como
los Caribeños y los Mediterráneos.
El
cloasma gravídico aparece en un 70% de las embarazadas, especialmente
en las de piel más oscura, durante la segunda mitad del embarazo.
Su
intensidad no esta necesariamente relacionada con la melanosis general.
En el caso del melasma relacionado con la toma de anticonceptivos hormonales,
la incidencia es elevada, especialmente en mujeres de piel oscura que
vivan en zonas de elevada insolación. Durante los primeros estudios clínicos
realizados en países caribeños con anticonceptivos orales formulados a
base de combinar estrógenos y progestágenos utilizados con mujeres de
piel morena, se describió una incidencia en la aparición de melasma en
un 20% de las pacientes. En la actualidad, en la clínica diaria se siguen
encontrando muchos casos de melasma asociados a la toma de anticonceptivos
orales que combinen estrógenos y progestágenos. En los últimos años se
ha descrito una incidencia de melasma en mujeres menopáusicas como consecuencia
de los tratamientos para la prevención de la osteoporosis a base de combinar
estrógenos y progesterona, en cambio en aquellas mujeres tratadas sólo
con estrógenos no se ha descrito una incidencia anormalmente elevada de
melasma.
La
pigmentación suele aparecer en pocas semanas, especialmente después de
la exposición solar. En mujeres con melasma, éste suele oscurecerse pocos
días antes de cada menstruación. Su distribución es simétrica en los pómulos,
alrededor de la boca y en la frente. En un menor porcentaje de los casos
aparece en las zonas malar o mandibular de la cara y ocasionalmente en
el dorso de los antebrazos.
La
patogénesis del melasma se desconoce, sin embargo de la incidencia clínica
se deduce que su aparición está directamente relacionada con la radiación
solar y con los niveles de estrógenos y progestágenos, puesto que en los
tratamientos de mujeres menopáusicas sólo con estrógenos no se detecta
un aumento de la incidencia de melasma mientras que durante el embarazo,
en el que se produce un aumento en los niveles de estrógenos y progestágenos,
y en los tratamientos anticonceptivos orales o de prevención de la osteoporosis
con combinaciones de estrógenos y progestágenos sí se producen frecuentemente
melasma.