Se
considera una fisura anal el desgarro longitudinal agudo o úlcera
ovoide crónica en el epitelio escamoso estratificado del canal
anal.
La causa exacta
de la misma se desconoce, aunque se cree que se deben a una laceración
traumática producida por heces duras o grandes, con infección
secundaria.
Las
fisuras pueden causar dolor y hemorragia en la defecación. El dolor
aparece normalmente durante o después de la defecación,
durando varias horas, cediendo luego hasta el siguiente movimiento intestinal,
en el que reaparece el dolor con mucha más intensidad y duración.
Las
fisuras responden normalmente a medidas conservadoras (reblandecedores
de las heces, laxantes osmóticos, etc.) consistentes en proporcionar
una defecación de heces blandas, que disminuyen notablemente los
traumatismos que se producen durante las evacuaciones.
Debe
evitarse la aparición de un cuadro diarreico que empeoraría
la situación clínica.
Para
la cicatrización de las fisuras anales, deben utilizarse supositorios
blandos de glicerina que lubrifican la parte interior del recto y actúan
como emolientes (también aceite de almendras).
Puede
conseguirse un alivio temporal con baños de agua fría (preferentemente
agua + hielo en el bidé) de 5-10 minutos de duración después
de cada deposición.
Se
ha demostrado que es útil la aplicación tópica local
de pomadas anestésicas para romper el círculo vicioso espasmo-
dolor, aunque deben aplicarse con precaución debido al riesgo de
producir dermatitis, por lo que es preferible la administración
por vía oral de un analgésico-antiespasmódico, siendo
el tratamiento con pomadas antihemorroidales totalmente ineficaz, y debe
de evitarse la infección de la fisura y así evitar un posible
absceso perianal.
Cuando
todas estas medidas fracasan debe preguntarle a su médico de cabecera
o especialista un tratamiento más enérgico, siendo la más
definitiva la intervención quirúrgica, consistente en seccionar
parcialmente el esfínter interno.
Debe
observarse, que no todas las lesiones ulcerosas anales son fisuras de
ano. La sífilis primaria, la enfermedad de Crohn y algunos tumores
pueden confundirse con una fisura anal.