Hoy
en día es bien sabido que el estado nutricional es un determinante
crítico de nuestra capacidad de respuesta inmunológica
y por tanto, entre otros, de nuestra defensa frente a las infecciones.
Pero además, hay que tener en cuenta que la propia infección
desencadena una alteración del estado nutricional, ya que la
infección está asociada a una disminución del apetito,
malabsorción intestinal, incremento de la actividad catabólica
e incremento de la pérdida de nutrientes por heces, orina y sudor.
Sistema
Inmunológico
La
proliferación celular requerida para la activación defensiva
del sistema inmune da lugar a un incremento de la síntesis proteica,
que conlleva una demanda adicional de macro y micronutrientes (1). Por
tanto, un adecuado estado nutricional no sólo es importante para
defendernos de las infecciones, sino también para superarlas
con éxito.
Este hecho se muestra de un modo evidente en aquellas partes del mundo
donde existe desnutrición, ya que las poblaciones que la padecen
sufren, además, un deterioro grave de sus sistema inmunológico.
Pero no es necesario llegar a un estado de desnutrición para
que nuestro sistema inmune deje de funcionar correctamente. Deficiencias
leves en micronutrientes y oligoelementos tales como las vitaminas A,
C, E, B6, ácido fólico, zinc, selenio, hierro o cobre
pueden producir alteraciones en la respuesta inmunitaria (2). Este hecho
es lógico, ya que estos micronutrientes son imprescindibles para
la salud, mantenimiento y funcionalidad de las células que integran
nuestro sistema inmune.
Balance
Oxidante - Antioxidante
Como ya hemos
indicado en otros consejos sobre las vitaminas, las vitaminas A, C
y E tienen un potencial antioxidante elevado. El balance oxidante
- antioxidante es un determinante importante de la funcionalidad de
las células inmunológicas, no sólo a la hora
de mantener la integridad de su membrana lipídica, proteínas
celulares y ácidos nucleicos, sino también para el control
de las señales de transducción y la expresión
génica en estas células.
Las células
del sistema inmunitario son especialmente sensibles a los cambios
en el balance oxidante- antioxidante debido al elevado porcentaje
de ácidos grasos poliinsaturados que contienen sus membranas
celulares.
Estas células,
además, se encuentran expuestas con mucha frecuencia a cambios
en dicho balance debido al gran número de moléculas
oxígeno- reactivas producidas como parte de su funcionalidad
natural.
Las señales
químicas relacionadas con la funcionalidad de la membrana y
la expresión génica, muy sensibles al estrés
oxidativo, son críticas para el mantenimiento de la funcionalidad
de las células inmunológicas y de su capacidad para
defenderse de un amplio rango de antígenos a los que están
expuestos. Por ello, no es de extrañar que estas células
contengan en su interior un mayor número de antioxidantes en
comparación con otras, y que deficiencias, aunque leves, de
antioxidantes tales como la vitamina C, E, Beta- caroteno, zinc, selenio
o glutatión causen una respuesta inmunológica diferente
(3).
La reacción
de la vitamina B6 y el ácido fólico con la funcionalidad
del sistema inmunitario resulta obvia si tenemos en cuenta su papel
fisiológico en nuestro organismo. La vitamina B6 se encuentra
estrechamente ligada al metabolismo proteico y el ácido fólico
es imprescindible para la multiplicación celular. Cuando se
inicia la respuesta inmune frente a un patógeno aparece una
respuesta humoral en forma de anticuerpos (proteínas) que conlleva
una multiplicación celular acelerada de células B y
T que a su vez amplifica esta respuesta y permite eliminar al agente
patógeno.
Más
Vitaminas para los Fumadores
Existen,
además grupos poblacionales como los fumadores que muestran unas
concentraciones tisulares de vitamina C, E, Beta- caroteno, B6 y folatos
inferiores a la población normal. Los fumadores tienen aumentada
la actividad oxidativa de los neutrófilos, lo cual hace que su
status antioxidante disminuya (4). Por lo tanto, el fumador tiene unos
requerimientos superiores de estos micronutrientes necesarios para que
no se vea alterada su respuesta inmune.
Teniendo en cuenta que nuestra alimentación no siempre es todo
lo equilibrada que debería, completar la dieta con un polivitamínico
con minerales completo y equilibrado como Multicentrum o Supradyn Activo,
que proporcionan a diario las cantidades recomendadas de vitaminas,
esenciales para la salud de nuestro sistema inmune, puede ayudar a enfrentarnos
de una manera saludable a la vuelta al trabajo e invierno, época
en la que se unen al cambio climático, un aumento del estrés
y, en general, de la carga de trabajo, factores todos ellos que exigen
especialmente que nuestras defensas funcionen al 100%.
Referencias:
1. A. Martí del Moral y J.A. Martínez Hernández.
Obesidad y Función Inmunológica. Nutrición y
obesidad Vol.3 Num. 4 Jul-Ag 2000
2. Chandra RK. Nutrition and the Inmune System. American Journal Clinical
Nutrition 1997. Vol 66: 460s-3s
3. SN Meydani D. Wu. MS Santos and MG Hayek. Antioxidants and inmune
response in aged persons: Overview of present evidence. Am. J. Clin.
Nutr. 1995; 62(suppl):1462s-7s
4. Darshan S. Kelley and Adrianne Bendich. Essential nutrients and
immunologic Functions. Am. J. Clin. Nutr. 1966; Vol. 63:994s-6s.
Fuente:
Fichero de Laboratorios Whitehall.