Consiste
en la irritación e incluso pequeña herida o arañazo causada por la entrada
de un cuerpo extraño en el ojo: polvo, mosquito, etc.
Las
manifestaciones son dolor, irritación y lagrimeo.
En
este caso, es importante observar si el cuerpo extraño ya ha sido expulsado
espontáneamente o si todavía se encuentra incrustado en alguna de las
estructuras oculares; en este último caso debe acudir rápidamente al especialista
para proceder a su extracción, ya que pueden producirse alteraciones oculares
importantes.
Si
el objeto ha sido expulsado, pero nota como si todavía estuviera presente,
diríjase al oftalmólogo para determinar si se han producido lesiones de
importancia.