1.
El cáncer colonorrectal es el tercer cáncer más
común (con una incidencia globalmente más baja que los
cánceres de mama y pulmón).
En la actualidad constituye el 14% de los nuevos casos diagnosticados
en ambos sexos.
2.
El objetivo más importante es el diagnóstico precoz, ya
que la supervivencia depende directamente del estadio de la enfermedad.
3.
La incidencia guarda una estrecha relación con los hábitos
de la alimentación (ingesta de grasas y fibra).
4.
Es más frecuente en varones, con una edad media de diagnóstico
de 60 años en los cánceres esporádicos.
5.
Los pólipos adenomatosos son los únicos pólipos
claramente premalignos.
6.
El 90% de las neoplasias rectales son "palpables", es decir,
el tacto rectal no se debe omitir en ningún caso ante la mínima
sospecha de la existencia de una tumoración rectal.
7.
Es muy importante pensar en la posible existencia de esta patología
ante la presencia de un síndrome anémico de causa poco
clara, sobre todo en acnianos con historia familiar positiva.
Pólipos:
Se definen como protusiones macroscópicas visibles de la superficie
mucosa de la pared intestinal. Son proliferaciones epiteliales benignas
que se consideran como "focos circunscritos de displasia epitelial"
si nos referimos a los pólipos adenomatosos. Éstos se
localizan de forma regular en todo el intestino grueso.
Macroscópicamente pueden ser sesiles o pediculados, únicos
o múltiples.
La displasia puede clasificarse en leve, moderada y grave, siendo esta
última equivalente al diagnóstico de carcinoma in
situ.
En
las lesiones polipoides intestinales es fundamental detallar:
- Si
la lesión es única o múltiple.
- Si
existen otras lesiones histopatológicas y/o signos clínicos
fuera del tracto digestivo que puedan asociarse a los diferentes
tipos de poliposis gastrointestinal.
- Si
hay antecedentes familiares, ya que gran parte de los síndromes
tienen una base hereditaria.